Hoy vamos a presentaros al guía de montaña Juan Carlos
Chamoso Acosta. Estamos en su casa en medio de la montaña, viviendo justo en el
sitio que él deseaba desde pequeño. Puesto que pasó su infancia en un ambiente
urbano en Salamanca, en cuanto pudo, vino a vivir a la mágica Asturias, a
ejercer su trabajo aquí, aunque nos cuenta que también hace travesías,
escaladas y viajes de esquí en otros muchos sitios.
Nos sirve un café mientras nos cuenta en que consiste su trabajo, nos dice que es tan simple como guiar y facilitar el acceso a las montañas a las personas y pasar un buen rato en la naturaleza, "¿Por qué te hiciste guía de montaña?" pregunta Sofía intrigada. "Bueno, pues por el gusto a practicar la montaña y porque es una forma más de estar en la montaña". "¿Si pudieras, lo cambiarías?". "Noo, porque es una forma de vida, una pasión". "¿Tienes algún título?" pregunta Lucía con curiosidad, "Sí, guía de alta montaña con acreditación internacional y técnico deportivo superior". Chamoso, como le suelen llamar sus amigos, se levanta a coger su café y de nuevo se sienta en su sillón preferido. "¿Qué es lo que mas te gusta de tu trabajo?" pregunta Alba, Carlos suspira, "Buf, no se como explicarlo, la satisfacción de hacer una actividad en la que has gestionado bien el riesgo y el cliente queda satisfecho". Y añade, "Porque el riesgo, se gestiona, no se pierde". "Interesante respuesta" comenta Lucía. Entonces a Sofía le entra la curiosidad y le pregunta, "¿Cuál ha sido tu mejor experiencia en la montaña?". "Es que son muchas, por ejemplo cuando a los dieciséis años hice mi primer viaje a los Alpes e hice unas cuantas salidas por ahí" dice aún pensándolo. "¡Vaya! Que joven, ¿fuiste tu solo?" pregunta Lucía. "No, otro compañero y yo" añade pensativo. "¿Alguna vez has tenido un accidente aparatoso?", "Sí, caídas múltiples, pero una de ellas me caí ascendiendo a un pico con esquís y me rompí la rodilla, fue espantoso". "¿Y qué piensa tu familia de los riesgos que conlleva este trabajo?" dice Sofía, a esta pregunta Alba, que claramente esta ahí, ríe, porque claro, están entre familia. "Anda no se, eso se lo tendría que preguntar a ellos" dice riéndose, "Aunque teniendo en cuenta que es una dedicación a la cuál me entrego el 100%". "¿Cuál es el lugar en el que has estado y más te ha gustado?" pregunta Alba. "Uff, es que hay muchas Alba, bueno, me gusta el Himalaya, pero me gustan más los Alpes como uso y disfrute", y añade, "Bueno, y los Picos también tiene su encanto salvaje, aunque no hay montaña fea, si no diferente". Después de esto nos cuenta que le gustaría ir a Nueva Zelanda. "¿Alguna vez has hecho esquí extremo?". "Sí", "¡Anda eso no lo sabía yo!" comenta Alba sorprendida. "Pues sí" añade Carlos. "¿Alguna vez has dado clases de esquí?"dice Lucía. "Sí, claro, he sido profesor de esquí", "¿Y te gustaba?" añade Alba. "No me gusta mucho, me gustan clases de fuera pista, pero lo que son las clases de esquí no es que me fascinen". Ya se va oscureciendo el cielo cuando quedan unas últimas cuestiones que hacerle a el experimentado guía. "¿Piensas dejarlo alguna vez?" dice Sofía. "No, la montaña no se deja, se adapta uno a sus posibilidades, pero, nunca se deja, por lo menos en mi caso" y añade "Son muchos años ya, desde los 12, son 42 años practicando la montaña" a esto Alba dice riendo "Sí, me acuerdo cuando se me ocurrió un día decirle que si quería que le llevara a una residencia cuando estuviera muy viejete, se lo decía en bromas, cuando me dice, Si yo me mataré por la montaña...". "Por último Juan Carlos, ¿a qué sitio nos llevarías para sorprendernos?" dice Sofía. "Primero habrá que conocer la zona que tenemos al lado, con algo simple como una escalada al Picu Urriellu". "¡Excelente! A mi me gustaría mucho" exclama Sofía, "Sí, sería guay" dicen Alba y Lucía. "Bueno, nos ha encantado pasar este rato contigo, ahora, ¿nos invitarás a cenar no? Porque no creo que la madre de Lucía o la mía nos vengan a buscar" dice Sofía riéndose. "¡Eso estaba claro Sofía! Vaya preguntas..." dice Alba. "Eso lo tendré que decir yo" dice Carlos entre risas. "Os dejo con la condición de que mañana vengáis conmigo hasta el Picu Boru". "¡Eso está hecho!" dicen las tres a la vez.
